domingo, 22 de marzo de 2015

ROSIÑOL Y LAYDA HERENCIA DEL CACICAZGO: DANTE IMPERIALE


  Esta mañana, ante ciudadanos y locatarios del mercado de San Francisco de esta ciudad capital, el abanderado a la gubernatura por el PRD Fernando Dante Imperiale García, arremetió contra la abanderada de MORENA Layda Sansores San Román y del PAN Jorge Rosiñol Abreu, a quienes llamó, “Ser productos del cacicazgo”, que gobernó Campeche hace unas décadas, y que quiere regresar con candidatos de la misma familia de caciques, en aquella época negra de la política campechana.

   Ya lo hemos dicho y hoy lo reiteramos: más que exigir pruebas de Antidoping -que esto es por Ley-, a los campechanos lo que les interesa es recuperar la credibilidad de sus autoridades y principalmente de los candidatos a gobernador.

   Los candidatos del PAN y MORENA, Jorge Rosiñol Abreu y Layda Sansores, no tienen ninguna credibilidad para exigir cuentas a nadie, pues para ello tendrían que volver a nacer y llevar una nueva vida de honradez y virtudes.

   Ni uno ni otra representan hoy la imagen del político que el pueblo de Campeche necesita. Al exalcalde de Carmen debería preocuparle su pasado priista, de su familia enriquecida al calor del PRI, y su paso por la presidencia municipal, donde dejó sin sustento a un centenar de familias al privatizar la basura a la empresa PASA.

   Las ocurrencias de Rosiñol sólo son distractores mediáticos. Lo que pretende es que la gente se olvide del lodazal en que se encuentra su partido, con renuncias y expulsiones un día sí y otro también, y con amenazas de procesos judiciales en puerta. Tiene mucho trabajo él, en su partido, antes de que se quede sólo en su campaña.

   En lo que respecta a la señora Layda Sansores, habríamos de preguntarle si en su discurso en contra de la corrupción, va a incluir el oscuro origen de riqueza y los bienes que no reporta al Fisco mucho menos a los campechanos.

   Recordemos que reportó en 2013 que era socia de cuatro empresas, entre ellas una escuela; que cuenta con inversiones en tres tipos de bonos y que tenía seis vehículos e ingresos mensuales por un millón 363 mil 538 pesos, además de siete propiedades y 14 millones de pesos en bancos.

Cuando la candidata habla de corrupción, seguramente ignora los años dorados cuando su padre gobernó Campeche y fomentó su cacicazgo. Quizá no lo recuerde por su condición de adolescente, con 17 años de edad en ese entonces.

   Por eso hoy la candidata no puede justificar la adquisición de grandes extensiones de terreno y muchos bienes inmuebles, como San Lorenzo, en donde existe aún la obra negra de un hotel y una marina.
   Las riquezas de Layda Sansores provienen de muchos lados, menos del trabajo honesto, limpio y digno de gente de bien.

   No puede hablar de honestidad, como tampoco de valores morales.

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