Lo que más deberá preocuparnos a los mexicanos son los altísimos
índices de pobreza que como país vamos llevando a cuestas, hace más de
treinta años por cierto.
Pero también tenemos la obligación de
ocuparnos de lo que debe hacerse para voltear la espiral negativa, y
además revertirla, para consolidar ese México igualitario al cual
debemos aspirar siempre, y no quedar en el tintero del discurso pueril y
desgastante de todo.
Toda la responsabilidad en los años
recientes se la dejamos al gobierno, de los tres niveles, y nos quejamos
de todo, y maldecimos de todo, pero poco hacemos para apoyar programas
que sean en la realidad democráticos, sin tintes políticos que los
arropen, y de los cuales se quedan huérfanos cada tres o seis años,
según sea el caso.
México pasa hoy, se asegura, por un proceso
de transformación, empantanado doce años en el acarreo de culpas de uno y
otro lado, donde panistas de ultraderecha y priistas radicales no han
entendido que la prioridad debe ser el pueblo, ese que un día puede
despertar de su largo letargo.
Nos hacen sentir culpables de
sumar, restar o multiplicar, y no es sumatorias en las concesiones de lo
absurdo, como el caso específico del Sindicato Mexicano de
Electricistas y sus jubilados arropados por la política interna de Peña
Nieto.
Debe y tiene que haber un crecimiento económico en el
país asegura Rosario Robles, una mujer de izquierda en el gabinete
priista, porque con las tasas actuales, difícilmente se podrá dar un
combate eficaz contra la pobreza.
En términos porcentuales en
los últimos treinta años, sostiene la Secretaria de Desarrollo Social,
se ha mantenido igual, además de construir un andamiaje para blindar los
programas sociales del gobierno federal.(SI DESEA EL ARTÍCULO COMPLETO, SOLICITARLOS A: laratrejo@hotmail.com)