Las propuesta presentadas por AMLO en el zócalo capitalino consisten en lo siguiente:
Primero. Que se detenga la reforma
energética hasta que se lleve a cabo una consulta ciudadana. Que se
modifique el marco legal para hacer esa consulta lo más pronto posible y
que su resultado tenga carácter vinculatorio. Debe aprovecharse la
circunstancia de que en el Senado, precisamente, se está discutiendo la
aprobación de una nueva reforma electoral y considero que es mucho más
importante resolver el asunto de la consulta democrática sobre los
energéticos, que si habrá o no un instituto nacional electoral o si hay
reelección o no de legisladores y de autoridades. Además, todos sabemos
que, más allá de leyes e instituciones, lo que se requiere para hacer
efectivo el sufragio y garantizar elecciones limpias y libres es una
verdadera voluntad democrática en el gobierno y en el conjunto de la
clase política.
Segundo. Que se posponga la reforma
fiscal. Que primero se aplique un plan de austeridad republicana para
ahorrar 385 mil millones de pesos del presupuesto público eliminando
gastos innecesarios y privilegios de los altos funcionarios, con lo cual
no habría necesidad de aumentar impuestos ni de endeudar el país.