Casi fue un regaño a personas necias de
México, el que hiciera en días pasados el subsecretario de ingresos de la
Secretaría de Hacienda Miguel Messmacher Linartas,
al declarar ante los medios: “pese a que la diferencia de
precios entre la gasolina mexicana y la gasolina estadounidense se ha reducido,
el Gobierno Federal no tiene contemplado suspender la política de su aumento
mensual. Lo que se está proponiendo es que a partir de 2015 tú puedas
efectivamente tener competencia a la baja en los precios, y dependerá de que se
vaya gestando esta competencia a través de mayor número de estaciones de
servicio”.
Con esta palabras del economista por el ITAM, con doctorado en el extranjero
y principal
negociador de la SHCP del Paquete Económico 2013, cómo pretende el gobierno
federal acabar con la pobreza que en nuestro país día con día pasa de mediana a
pobreza extrema, si los precios de los productos y servicios en México dependen de las gasolinas, diesel y en
general, de los combustibles.
Que no la rieguen, se pelean por bajar el
precio de las telefonías cuando cada mes que suben las gasolinas aumenta el
traslado de los productos básicos hasta los lugares en donde se comercializan. Los servicios ni qué decir y hasta un corte de cabello sube por el desliz
hacia la alta de los carburantes.
El diseñador del Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 y ex economista dentro del Fondo Monetario
Internacional e investigador
dentro de la Dirección General de Investigación Económica del Banco de México,
casi a regañadientes señaló que la reforma energética no disminuirá los
precios de las gasolinas ni por decreto ni por populismo. ¿Qué más quieres
mexicano?
El funcionario de sangre extranjera
señaló que aunque la diferencia entre los precios de la gasolina mexicana con
respecto al promedio del combustible de Estados Unidos se ha reducido
notablemente, el gobierno no tiene contemplado suspender la política de aumento
mensual que aplica cada mes.
Ojo estimado lector, el combustible estadounidense es sólo 1% más caro
que el mexicano. Sin embargo el salario entre un obrero mexicano y uno norte
americano, tiene casi diez kilómetros de distancia.
PUNTO FINAL 336. Sigamos apretándonos el cinturón hasta
que dejemos de respirar, en el otro mundo es posible que podamos encontrar una
mejor forma de vida… hasta la próxima.