viernes, 5 de diciembre de 2014

EL PODER CURATIVO DE LOS RAYOS SOLARES Por Frank Barrios Gómez.



Es común escuchar que “donde llegue un rayo de sol existe una esperanza”. El sol es la representación de vida, actividad y la fuerza. Si se extinguiera nuestro astro sol, nos veríamos envueltos en una glaciación, en la que poco a poco, la Tierra quedaría deshabitada.
Los días soleados hacen que renazcan nuevos bríos, y despertemos con ímpetu para llevar a cabo nuestras faenas. La misma naturaleza se viste de gala, cuando el astro rey le bendice con sus rayos, y la vida se manifiesta con todo su esplendor, indicando el principio de la actividad.
   Si el día esta triste, nublado, con lluvia y de paso, frío, repercute en el estado de ánimo de las personas. No dan ganas de realizar mayores actividades, y el ritmo laboral resiente esa influencia. Dan ganas de esta encerrado para liberarse de las inclemencias del tiempo, y realizar faenas sedentarias. Pero, cuando aparece el primer rayo solar, de inmediato el organismo reacciona, sacudiéndose el letargo que le estaba afectando.
   El cuerpo reacciona en base a los estímulos. El sol estimula los organismos, incitándoles a la actividad. El calor es vida, representa el yang (fuerza positiva), que es el movimiento, mientras que el frío es el yin (fuerza negativa) de los chinos.
   Ambas energías son necesarias en la vida. No siempre vamos a estar abrazados por el calor. También los organismos vivientes, incluyendo la Tierra, necesitan del frío y lluvia, que representa un estado de reposo necesario, para recargar las energías que se han perdido durante la actividad. Lo que se requiere es que entre ambas fuerzas, exista un equilibrio.
   Investigaciones llevadas a cabo, demuestran que tanto un enfermo como quien goza de excelente salud, se sienten con mayor ánimo en un día soleado. En los habitantes de tierras frías, se manifiesta el trastorno denominado “perturbación afectiva estacional”. Es más común este problema durante el invierno, cuando los periodos de luz son más cortos, la depresión, inestabilidad anímica y letargo desaparecen a medida que los días se vuelven más largos.
   Es muy cierto que la capa de ozono esta dañada, y en muchos puntos de la Tierra, los rayos solares penetran de forma más directa, produciendo enfermedades de la piel. Ciertas personas tienen una piel muy sensible, y el exponerse a los rayos solares les resulta contraproducente. Hay que tomar muy en cuenta estos casos, antes de tomar una terapia solar.
   El hombre no entiende y no quiere aceptar los mensajes que le envía nuestro planeta. Estamos acabando con la vida de la superficie, flora y fauna. Por más campañas que se lleven a cabo para preservar al planeta, de qué sirve, si la corrupción está de por medio, y una ambición voraz se ha apoderado de gente sin escrúpulos, que son verdaderos depredadores de todo lo que tenga vida.(EL ARTÍCULO COMPLETO SOLICÍTELO EN: laratrejo@hotmail.com)

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