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Durante los dos trienios consecutivos que estuvieron en la presidencia municipal militantes del PRD en Benito Juárez; Gregorio Sánchez, 2008-2010, y Julián Ricalde, 2011-2013, pasando por un interinato de la izquierda 2010-2011, se presentaron desfalcos y desvíos de recursos por más de 1 mil 500 millones de pesos, además de varias obras públicas millonarias inconclusas, dejando en pésimas condiciones las infraestructura urbana de Cancún y las delegaciones municipales, y en el abandono a la ciudadanía.
Inclusive, la propios benitojuarenses se han dado cuenta de los malos manejos de los políticos perredistas y exigen la rendición de cuentas de ambos, quienes con la izquierda se hunden hacia un abismo, prueba de eso, son las últimas elecciones en Quintana Roo, donde no ganaron nada en los municipios y tienen poca presencia en el Congreso del Estado.
Y es que, recientemente, al cantante y predicador de paz Greg Sánchez le giraron en su contra una orden de aprehensión por lavado de dinero en Argentina, además de sumar un encarcelamiento por vínculos con el crimen organizado, delitos contra la salud, operaciones de recursos de procedencia ilícita y el tráfico de personas en México.
Mientras que, Julián Ricalde, a quien se le viene varios procesos legales en su contra, ha sido acusado en diversas ocasiones por desvío de recursos y peculado en obras públicas que no se llevaron al cabo durante su administración y tener varias propiedades como residencias y terrenos valuados en millones de dólares en Cancún y en otras ciudades de Quintana Roo, así como también favorecer a familiares en varios proyectos realizados en Benito Juárez e imponer a amigos en cargos públicos.
Definitivamente, esos dos personajes de la izquierda quintanarroense han llevado al fracaso total al PRD en la entidad. Pero lo irritante es que durante seis años, Greg Sánchez y Julián Ricalde acarrearon a la quiebra al municipio más importante de Quintana Roo, y de México en materia turística.
Sin embargo, hoy en día, Benito Juárez ha pasado a manos del PRI, y en menos de un año, la administración de Paul Carrillo de Cáceres coordinado con el gobierno de Enrique Peña Nieto y Roberto Borge Angulo, ha situado al municipio donde merece estar, en vías de desarrollo y progreso; las avenidas principales lucen impecables, la seguridad ya es garantía, no hay inundaciones cada vez que llueve, el turismo aumenta, los servicios públicos son de calidad y la ciudadanía goza de un mejor nivel de vida.
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