sábado, 18 de abril de 2015

¿Qué tan eficientes son los fondos de promoción? Gerardo García (La Razón.com.mx)

Gerardo García

Para explicarse el fenómeno habría que considerar que, más allá del huevo y la gallina, aquí se trata de una conjunción virtuosa. Los números, las cifras ahí están para demostrarlo. Lo que resulta de una coordinación efectiva y una suma de intereses, al menos en este caso, es una historia positiva. Una estrategia común que no siempre, no en todos los ámbitos, resulta así. 

No puede entenderse el crecimiento turístico que ha registrado el Caribe Mexicano en los últimos años sin que a la par de que la infraestructura y el producto turístico no han cesado en mejorar –más y mejores cuartos de hotel; más y mejor oferta de experiencias para los visitantes- la promoción de los destinos ha probado su efectividad. Una narrativa de éxito que ha sido posible por una coincidencia de metas e intereses: los inversionistas encuentran en estos destinos las condiciones óptimas para que sus negocios sean rentables en el corto, mediano y largo plazo, mientras que las autoridades han aportado lo que se requiere para que en el mercado estos sean exitosos: seguridad, infraestructura, promoción institucional eficaz. Sin una, no habría la otra y sin ambas, no podría explicarse el crecimiento en tasas de dos dígitos que se han registrado ahí.

La Oficina de Visitantes y Convenciones de Cancún y el Fideicomiso de Promoción de la Riviera Maya, a cargo de Jesús Almaguer y Darío Flota respectivamente, han sido efectivos en sus estrategias promocionales. Ambos dos, profesionales reconocidos en el sector y con una serie de relaciones positivas, han sabido leer muy bien al mercado turístico y enfocado el gasto y la estrategia promocional de tal manera que la respuesta ha sido efectiva. El respaldo que tienen del gobernador Roberto Borge es manifiesto y han tenido de él no sólo apoyo, sino que como nunca antes, una coordinación efectiva y la participación de éste en el diseño de estrategias que, hay que decirlo, no obedecen a criterios políticos, sino a las exigencias del mercado. Ese hecho, que también sucede en el Consejo de Promoción Turística de México, es una de las claves del éxito que han obtenido.


Es verdad que estas oficinas, que reciben fondos públicos recaudados a través del Impuesto al Hospedaje, han tenido que hacer ajustes presupuestales como en toda la estructura gubernamental –en gasto corriente, no en gasto promocional- y que han debido sortear, como en todo el país, las consecuencias de una reducción de la liquidez que ha afectado a todos los sectores. Un tema que ha querido ser explotado de manera negativa con afanes más de política –grilla, más bien- buscando golpear las estratégicas áreas de promoción. Lo cierto es que la promoción institucional del Caribe Mexicano no se ha detenido y, por el contrario, las estrategias trazadas –las cuales son diseñadas en acuerdo con representantes de la iniciativa privada- se han cumplido. La efectividad de las mismas es reconocida por el sector y ahí las cifras para validarlo.

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