-Si echamos un ojo a los gobernadores de los estados de la república mexicana nos daremos cuenta de que son gobernados por un nativo, lo mismo pasa con los candidatos a gobernadores que son destapados por las altas cúpulas partidistas. Así es y ha sido para los azules, los amarillos y los tricolores, a excepción del Distrito Federal.
Hace unos días el gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo, declaró a los medios, en el marco de su cumpleaños, que el próximo gobernador del estado debe ser un nacido en estas tierras.
Esto quiere decir que no hay la menor oportunidad para yucatecos, campechanos o chilangos.
De tajo, de sopetón, de sorpresa o como quiera tomarse, el ejecutivo cozumeleño les cortó las alas a algunos de los que sueñan con sucederle en el cargo.
El mensaje fue directo para los yucatecos Carlos Joaquín González, Paul Carrillo de Cáceres, Mauricio Góngora Escalante y el chilango Jorge Emilio González alias el Niño Verde.
A los nativistas les habrá caído como perlas ese anuncio, mas no así a los yucatecos soñadores.
Los yucatecos avecindados en Quintana Roo dicen que los nativistas son cerrados, pero ellos saben que Yucatán nunca podría ser gobernador por alguien que no sea un boxito.
Es más basta echarle un ojo a los colaboradores de Rolando Zapata, todos son yucatecos de cepa.
Si bien es cierto que Quintana Roo es tierra para los no nacidos aquí, también es cierto que cuenta con gente preparada para suceder a Roberto Borge.
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