viernes, 6 de diciembre de 2013

LAS LIBÉLULAS. ( Frank Barrios Gómez.)


Este insecto es causa de asombro entre los estudiosos de cualquier ramo. A pesar de vivir sólo unos cuantos meses, en ese pequeño lapso alcanza a hacer lo que cualquier ser viviente durante toda una etapa de vida física.
Algunos aseguran que se trata de manifestaciones de hadas, las cuales para convivir con el ser humano, lo hacen de esa forma al mismo tiempo que otorgan una cátedra que bien vale la pena analizar, por todo el misterio que encierra este animalito.
Este insecto alcanza una velocidad hasta de 73 kilómetros por hora, como si se tratase de un helicóptero. Su desplazamiento lo puede hacer hacia cualquier ángulo, ya sea hacia atrás, como lo hace un colibrí, o a los lados. Lo interesante es que esto lo hace blandiendo sus alas 30 veces por minuto, mientras que los demás insectos llevan a cabo ese movimiento blandiendo sus alas entre 600 y 1000 veces por minuto. Sólo que la elegancia de la libélula no puede compararse con nada.
Se le relaciona con el elemento agua, corriendo a través de él como si de ahí hubiera salido, y guarda en ese sitio grandes secretos relacionados con el mundo de la magia. Sus enormes ojos abarcan un 80 por ciento de la capacidad de su cerebro. Esto le permite tener una visión de 360 grados, desafiando la limitación que tiene normalmente la visión de muchos seres vivientes.
Dependiendo del lugar de la Tierra, se le asigna diferentes significados. Mientras que para unos es un símbolo del bien, otros dictan lo contrario. Incluso se tiene la creencia que en un pasado remoto fueron dragones.
En la tierra del sol naciente, estos insectos son muy valorados por el significado que le otorgan. Crónicas recopiladas del año 720, cuando se manifestó la dinastía del emperador Jimmu Tenno, quien subió a una montaña en Yamato, desde esas alturas divisó que su reino tenía la forma de una libélula.
Otra crónica japonesa, se remontan al 21 emperador, Yuryako Tenno. Se encontraba de cacería cuando una mosca le picó un brazo. En ese instante hizo su aparición una libélula la cual con elegancia y astucia, como si se tratase de un veterano de guerra, comenzó a hacer movimientos de ataque hacia el insecto atacante hasta que le dio muerte. Esta acción hizo que el emperador nombrara a partir de ese entonces a la región con el nombre de “Llanura de la libélula”. Además que en el antiguo Japón se le considerara como símbolo de buena salud.
En antiguas campanas de bronce se aprecian dibujos de libélulas, como símbolo de buenas cosechas. En el siglo II, los nobles japoneses utilizaron el dibujo de la libélula como símbolo sagrado en todo lo que tuvieran a su alrededor, desde muebles hasta textiles. Familias samuráis utilizaron este dibujo como emblema de sus casas, por ser la representación de la buena suerte, llamando a las libélulas “insectos victoriosos.SI DESEA EL ARTÍCULO COMPLETO, SOLICITARLO A: laratrejo@hotmail.com)

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