jueves, 12 de diciembre de 2013

CADA QUIEN ELIGE SU FORMA DE VIVIR. Frank Barrios Gómez.


odos los días al levantarse de la cama una persona, tendrá que elegir cómo vivirá ese día. Muchos dirán que la elección será en base a como le presenten las diversas circunstancias. Esto es cierto pero la decisión final, sobre cómo enfrentarlas corresponde a cada quien.
Problemas siempre habrán. La vida es un reto, el cual día con día debe enfrentarse por el sólo hecho de estar con vivo. Es una lucha diaria en la que puede ser que hoy se esté alegre y al rato deprimido.
Esto representa la ley del péndulo, se le encuentra en un lado y pronto estará en el otro. ¿Quién puede pararlo? Es algo mecánico que se quiera o no, sucederá aún en contra de lo que se desee llevar a cabo.
En un lado de la moneda se encuentra la alegría, al adverso la tristeza. Cómo se quiere llevar a cabo la vida, sólo hay dos opciones y la que se escoja será la forma de vivir.
Muchos se comportan como párvulos por ser tan indecisos. Pronto están de un lado del péndulo y luego se les encuentra en el opuesto. No son dueños de dominar sus propias emociones, y en ellos la vida será de sobresaltos.
Reza un refrán que: “No hay enfermedad que dure cien años ni enfermo que la resista”. Todo es pasajero y la carga se hace más pesada, por no detenerse un instante y buscar siempre el lado positivo de los problemas.
Recuerdo que hace varios años, me encontraba en la terraza de la casa de mi hermano y amigo Edwin Corona Y Cepeda, en el Puerto de Veracruz observando el desfile del carnaval. Pasado ese evento, me senté a degustar los alimentos en unión de varias personas. Uno de los presentes, con su amena plática me dijo: “Siempre que me pasa algo malo, busco el lado positivo de ese evento para asimilar lo que debo aprender y no quedarme estancado. Así llevo la fiesta en paz y vivo feliz.”.
Si la gente hiciera lo mismo de este muchacho, la vida la verían como una escuela, en la que diariamente algo se tiene que aprender, y se llegará a la comprensión que quien no aprenda la lección, quedará estancado hasta que asimile lo que debe aprender.
La fábula de “Pepe”, deja mucha enseñanza para quien quiera ser un filósofo práctico de la vida. A este individuo siempre se le veía sonriente, amable con todos, y su proyección era el amor que sentía por la vida. Cuando se le preguntaba cómo se encontraba, con una sonrisa sincera respondía: “mejor, muy bien”.
(SI DESEA EL ARTÍCULO COMPLETO, SOLICITARLOS A: laratrejo@hotmail.com)

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