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Es innegable que el problema económico
ha traído consigo el suicidio. Ante esta circunstancia, la economía
juega un papel enorme por la dificultad
que se tiene para completar las necesidades básicas del hogar y la
imposibilidad de buscar un empleo bien remunerado. En los primeros meses del presente año han aumentado en Campeche
los suicidios en relación al año anterior, dejando a la deriva a decenas de
menores de edad en el abandono. Por
principio de cuentas, las fuentes de trabajo bien pagados son negadas a las
nuevas generaciones que cada vez más se multiplican, siendo mínimos los que
logran ubicarse para subsanar los gastos familiares.
Muchos
jóvenes, por la falta de empleo, buscan refugio en actividades ocias en donde pierden
el tiempo de interacción real con sus compañeros, pero especialmente con sus familiares. También,
ante la desesperación de no encontrar trabajo, abandonan sus obligaciones familiares
por seguir obsesivos intentos. Lo peor en estas
personas es la depresión, llegando en la mayoría de los casos al suicidio. Esta desesperación por la falta de economía aumenta enormemente, y decenas de personas pierden
la comunicación con todos los que los rodea, algunos se aíslan por completo e incluso, pierden la relación
con los padres e hijos, se desatienden en su totalidad de sus deberes por
dedicarse al alcohol o a las drogas, aunque sea algo totalmente absurdo.
Las
estadísticas no mienten, el suicidio en Campeche se ha elevado considerablemente.
Hasta el momento de escribir el presente artículo, el número de suicidios llega a 34. De estos,
de acuerdo a la Fiscalía General del Estado, en lo que va del año, 14 personas
se han quitado la vida en Campeche; 11 en Carmen; tres en Candelaria; dos en Champotón y Hopelchén y uno
en Escárcega, Hecelchakán y Palizada, respectivamente.
Por otra parte, también aumentan los casos
entre jóvenes desempleados, quienes son rechazados y son humillados por sus pares, convirtiéndose
en otra víctima, quienes la mayor de las veces se alejan a quien quiera interactuar con ellos, sin pensarlo y sólo se enteran del mundo real, cuando algún
conocido les manda la información. Entonces, tratan de darse cuenta de
su error, pero es demasiado tarde: su imagen está deteriorada y es casi imposible
la recuperación y sólo les queda el camino del suicidio.
Ante esta situación que crece constantemente
en la entidad, las autoridades de los tres niveles, deben implementar campañas
más agresivas para evitar mayor número
de suicidios, cuidando no lastimar los sentimientos de las personas,
convenciéndolos de que existe un mundo real al
que hay que enfrentar en bien de la propia familia.
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