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La comunidad universitaria representada por el rector, Dr José Antonio Ruz Hernández, su viuda María del Carmen García de Ocampo, hijos, miembros del Consejo Universitario, administrativos y estudiantes, reunidos en la Sala de Consejo Universitario del Edificio de Rectoría, celebraron una sencilla y sentida ceremonia al ex rector de la UNACAR en el periodo 1987-1989, Pedro Jesús Ocampo Calderón.
Esto como cumplimiento de su último deseo de volver a regresar a la institución educativa a la que siempre he aguardo agradecimiento y un cariño entrañable, “ya que como él aseguraba estar cerca de la UNACAR, lo mantenía joven, sabio y motivado para aprender más cada día”, así lo manifestó su viuda, Maria del Carmen García de Ocampo.
Una fotografía de Pedro Jesús Ocampo Calderón tomada cuando fue rector de la UNACAR, acompañaban la urna de sus cenizas sobre una cama de rosas blancas, acataban la última voluntad de Pedro Jesús Ocampo Calderón, quien pidió estar de nuevo en la UNACAR, ya que representaba una parte importante de su vida y sobre todo la lucha porque la máxima casa de estudios carmelita permaneciera en Ciudad del Carmen, dándole la oportunidad a muchos jóvenes de cursar sus estudios de nivel superior.
El rector Ruz Hernández expresó unas emotivas palabras, “Pedro Ocampo Calderón orientó a mucha gente, él aportó lo de las 300 millas náuticas, fue un gran hombre; en el Estado hizo varias aportaciones, y cuando fue rector de la UNACAR le dio un gran impulso, el cual hasta hoy sigue vigente y hoy sabemos que su legado continuará para beneficio de todos los estudiantes de Carmen”, concluyó.
Posteriormente sus cenizas fueron depositadas, como fue su última voluntad, en uno de los Jardines laterales del Edificio de Rectoría, junto a un árbol recién plantado, como símbolo de que siempre estará presente en la UNACAR el legado de Pedro Jesús Ocampo Calderón.
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