EN MANOS DE LOS JÓVENES, EL DESTINO DEL PRI

Apostando; es decir, depositando su esperanza en las nuevas generaciones, el PRI ha hecho, en su trabajo por y para los jóvenes de México, su opción política preferencial, y ha establecido un compromiso tal, que bien podría afirmarse que ha puesto su destino en manos de la juventud.
A 40 años de haber fundado el Movimiento Nacional de la Juventud Revolucionaria y a 20 de haberlo convertido en el Frente Juvenil Revolucionario, atendiendo a los muy sensibles y notorios cambios que ha tenido tan importante sector de la sociedad, los jóvenes priistas han decidido transformarse para no sólo adaptarse a sus nuevas condiciones, sino anticiparse a las exigencias de una juventud que busca alcanzar su estabilidad económica y el reconocimiento de su comunidad; que quiere ejercer su libertad al momento de expresarse y tomar sus propias decisiones; que no sólo exige ser escuchada, sino tomada en cuenta; que no requiere sino oportunidades para realizar sus proyectos personales, y así contribuir a concretar tareas colectivas. Juventud decidida a construir su felicidad.
Hartos de la corrupción, la exclusión y la insensibilidad, consultados por el PRI, los jóvenes saben que es posible el crecimiento con desarrollo, la estabilidad con igualdad y la seguridad con justicia.
Así han creado en el seno del partido, la Red de Jóvenes por México, porque consideran que en este siglo XXI, la política ya no debe hacerse como en el pasado, emulando a la guerra, por medio de campañas y frentes de batalla, bajo estructuras rígidas y con estrategias jerarquizadas; ahora proponen la colaboración participativa, en organizaciones horizontales, en las que cada quien haga su parte, y en las que todos puedan actuar al mismo tiempo, sumando fuerzas, conectados en un ambiente de colaboración y libertad; es decir, en red.