El Sistema para el Desarrollo Integral de la
Familia (DIF), a través del Centro de Rehabilitación y Educación Especial
(CREE), impartió el curso de “Terapia Acuática basada en el Tratamiento del
Neurodesarrollo”, para dar rehabilitación integral a pacientes tanto en el agua
como en la tierra cumpliendo así el firme compromiso de mantener actualizado al
personal operativo de las Unidades Básicas de Rehabilitación (UBR).
El curso se dividió en 2 fases: el teórico
impartido en el salón “Lilia Reyes de López Hernández “, de la Mansión Carvajal
y el práctico en el Centro de Rehabilitación Acuática y Clases de Natación, en
el que participaron 184 personas provenientes del Centro de Rehabilitación
Regional Integral de Ciudad del Carmen (CRII), del Centro de Atención Integral
al Adulto Mayor (CAIAM), pasantes en fisioterapia y gerontología, personal de
terapia acuática e Instructores de natación, quienes recibieron los conceptos
de los instructores del CREE: Jesús Herrera Rivero, Manuel Gamboa Cardeña, Homero López Capallera y
Alejandro Raygoza, todos con especialidad en terapia.
En representación de la Presidenta del
Patronato del DIF Estatal, Adriana Hernández de Ortega, el Coordinador del
CREE, Félix Flores Justiniano, dio la bienvenida a los participantes
exhortándolos a aprovechar este curso que se imparte por primera vez y que
brinda múltiples técnicas de tratamiento, relajación, fortalecimiento y
neurofacilitación, para incluir una
opción más en la atención a personas con alguna discapacidad temporal o
permanente, o que requiera alguna terapia en cualquier circunstancia de su
vida.
Los participantes aprendieron ejercicios con
las técnicas en: Métodos de Bad Ragaz, Método de Halliwik, Método Watsu y
aspectos teóricos en dinámica psicológica y expediente clínico. Asimismo, se
instruyeron en las propiedades que el
agua otorga para la rehabilitación en sus distintas modalidades como son la
flotación, viscosidad y presión.
Cabe mencionar, que las terapias acuáticas
están dirigidas a todas aquellas personas tanto niños como adultos con algún
tipo de alteración motora (enfermedades neuromotrices, alteraciones músculo
esqueléticas), excepto para aquellas personas que tengan alergias o reacciones
cutáneas por el contacto de agua tratadas con cloro y las que estén
expresamente contraindicadas por un facultativo médico.
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