miércoles, 4 de febrero de 2015

“EPN presidente, EPN gobernador III. Nacho Peralta y el caso Colima” Por Gerardo García‏(La Razón )


     Gerardo García‏


No es, como algunos pretenden advertir, algún tipo de imposición.
 
No se trató en absoluto de una estrategia diferente a la que ha venido sucediendo en este proceso de selección de candidatos priístas a las nueve gubernaturas en juego en junio próximo. Cómo ha sucedido hasta ahora, lo que sucedió en Colima el viernes anterior no se despega del guión seleccionado en Los Pinos para este proceso: el que es nombrado, es aquel que cumple con dos características fundamentales: respaldo local y rentabilidad electoral.

Se llama Jose Ignacio Peralta Sánchez “Nacho” Colimense de nacimiento, igual hizo una carrera en el Banco de México en su juventud, que fue alcalde de la capital de aquel estado y secretario de Desarrollo Económico local.
 
Economista, con una maestría en Políticas Públicas y el reconocimiento del World Economic Forum como uno de los Young Global Leaders, se desempeñaba hasta la semana anterior como subsecretario de Comunicaciones y Transportes en el gobierno de Enrique Peña Nieto y fue el seleccionado como candidato a la gubernatura en su estado. Lo fue por dos razones muy claras: fue quien alcanzó los mejores números en las encuestas realizadas de entre otros diez precandidatos y de igual manera contaba con el apoyo total del gobernador en funciones, Mario Anguiano, quien en él tenía su carta a aprobar. En el CEN del PRI y en Los Pinos la decisión fue entonces sencilla; se cumplían con los requisitos planteados por el presidente Enrique Peña Nieto, respetando las propuestas de los gobernadores y de aquel que en lo local, en la entidad en contienda, cuenta con respaldo popular.
 
No fue, como algunos pretendían advertir, un dedazo del altiplano. Nacho Peralta Sánchez, aún  que fungía como integrante del gabinete presidencial, hizo su carrera política en Colima. Mantuvo, pese a formar parte del equipo del mandatario, una presencia constante en su estado y fue, es, un hombre muy cercano al actual gobernador quien metió el hombro por él. Disciplinado además, en la elección del 2012 supo aceptar que lo bajaran de la candidatura a senador por asuntos de género. Nunca se confrontó con Mario Anguiano, el actual gobernador de aquel estado, y es reconocido por no haberse metido jamás en guerras intestinas para conseguir las posiciones que
ha obtenido.
 
En efecto el caso Colima sigue siendo una constante en la selección de candidatos. El hecho que haya sido seleccionado un subsecretario del gabinete federal no implica en absoluto alguna tendencia; no fue esa posición la que lo llevó a la candidatura, sino su trabajo político al interior de su estado y el respeto al gobernador en funciones. Así son los procesos en ese partido político y no habrán de variar en el futuro próximo.

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