lunes, 6 de abril de 2015

EL SIMBOLISMO DE LA SEMANA SANTA por Frank Barrios Gómez.



   Vuelve a repetirse el ciclo de la semana mayor, en la que se conmemora el drama, pasión, muerte y resurrección del más grande de todos los maestros ascendidos, Jesús de Nazaret.
   La historia y comportamiento humano es el mismo. La gente se acuerda de estas fechas, las conmemora y pasadas las fiestas, vuelven a su rutina, olvidándose que a Dios se le lleva dentro de sí mismo y como tal, los 365 días del año son para honrarlo.
Hace casi 2 mil años que se llevó a cabo ese drama en Judea, y fue tal la remembranza que tuvo, que todavía se le sigue recordando.
   En el evangelio de Mateo, se lee que Jesús nació en Belén, una aldea situada a 10 kilómetros de Jerusalén, y que había en ese momento pastores que pastoreaban con sus rebaños.
   En la Biblia se encuentran muchas contradicciones, que una persona pensante y no fanática, que no crea a ciegas lo que el clero impone, se da cuenta que no son congruentes con lo que se está leyendo.
   Hasta los años 60, la gente aceptaba por imposición los dogmas que la Iglesia Católica impuso. Y quien se atreviera siquiera a preguntar sobre esos pasajes oscuros, de inmediato era reprendido, y hasta se le acusaba de hereje, con el castigo de irse al infierno, por no aceptar lo que está escrito en la Biblia.
   ¿Cómo se escribió la Biblia? Es otra de las cosas que un ser pensante debe ponerse a estudiar, y no aceptar a ciegas lo que escucha del clero. Si tanta flojera le da ponerse a investigar, que vea programas televisivos, en los que cadenas como History Channel y otras, pasan en estos días.
Empezando por el nacimiento de Jesús, el cual se celebra en estos momentos en el invierno, en ese entonces en Belén, los pastores llevaban a cabo otro tipo de actividades, lo que indica que el nazareno nació en la primavera, sin lugar a dudas.
   Luego se lee que a José y María no les dieron posada en ningún lugar. Imposible de aceptar ese dato, porque ellos pertenecían a la casta de David, y dónde fueran a tocar una puerta, siempre se les abriría.
Sigue el relato de que en su momento, vinieron de oriente unos magos a rendirle culto. Y cuando el gobernador Herodes el grande, escuchó que preguntaban por el lugar donde había nacido el rey, sintió temor que alguien usurpara su trono. Se reúne con los magos y les pide que vayan a adorarlo y regresen a la ciudad, para que a él le indiquen el lugar donde nació ese rey, y así visitarle y adorarle también.
   Que los magos viajaron de noche, guiados por una estrella. Completamente ilógico ese detalle. En ese entonces, los caminos eran asediados por salteadores, quienes además de asaltar, mataban a las víctimas para evitar ser reconocidos.
   Con este detalle, esos magos que eran astrólogos y practicantes de alta magia, no iban a exponerse a ser asesinados, viajando en horas nocturnas. Tuvieron que hacer esa travesía durante el día, la cual duró entre 6 y 9 meses. Además, decir que una estrella era la guía de esos viajeros, es imposible de aceptar.
   Es muy cierto, que en ese entonces hubo una conjunción de los planetas Saturno y Júpiter. Al acercarse ambos, parecían uno sólo, produciéndose el fenómeno de la estrella de Belén.
   Este dato es científico, dado a conocer por el astrónomo de la Corte Imperial de Praga, Johannes Kepler en 1614. En ese entonces, no se le dio mucha importancia a esta información, por considerar los hombres de ciencia, que el dato estaba plagado de mucho misticismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario