domingo, 8 de marzo de 2015

“La Política de Roberto Borge y la Política del Café Balmoral en Polanco” Por Gerardo García‏ (La Razón)

Gerardo García
Es que en el apetito por el protagonismo, es que se sueltan tantas barbaridades. En el afán del ganar la referencia del ya ven, yo lo dije antes, la estridencia es que nubla tanto la razón. Y el análisis, por supuesto, no es más que el compendio de conjeturas sin mayor sustento. Pero pues así son los tiempos electorales.
 
Se conocieron este fin de semana los nombres de quienes ocupan las listas de candidatos a diputaciones plurinominales del Partido Revolucionario Institucional.  Destacaron, en efecto,  los dirigentes de ese partido, César Camacho e Ivonne Ortega, tanto como David López, el poderoso director de Comunicación Social de la Presidencia de la República. Nombres tanto conocidos otros de políticos que han ocupado una curul en distintas ocasiones. Parlamentarios de experiencia que conformarían, de llegar a San Lázaro, la materia gris de una bancada que habrá de enfrentar la segunda mitad del gobierno de Enrique Peña Nieto.
 
Personajes que en su mayoría fueron seleccionados porque han sido legisladores experimentados que conocen de la vida legislativa del país. Lista que si bien fue seleccionada en definitiva en Los Pinos, hubo se tener injerencia en ella los principales actores pol,íticos de ese partido; los gobernadores, por supuesto.
 
Ambos se formaron en el mismo equipo de gobierno. Cozumeleños los dos, familiares incluso, tanto el gobernador de Quintana roo, Roberto Borge, como la hasta el viernes pasado delegada de la Procuraduría federal del Consumidor en el estado, Sara Latife Ruiz de Chávez, compartieron responsabilidades e hicieron equipo en el sexenio que encabezó Félix González como gobernador. Los dos tuvieron carreras paralelas y oportunidades tantas. El actual mandatario siempre sostuvo con ella una relación abierta y transparente; más allá de su cercanía familiar –son  primos-  el respeto profesional y el reconocimiento de ambos a sus capacidades los acercó.
 
Por ello Sara en este gobierno ha tenido cargos varios, incluyendo la difícil Secretaría de Educación, y es parte del grupo que ha conformado en torno suyo Roberto Borge. A la hora de conformarse las listas de candidatos plurinominales desde el CEN del PRI y Los Pinos se pidió a los mandatarios estatales enviar propuestas de personajes que, en principio, pudiesen aportar experiencia legislativa en una bancada que habrá de enfrentar momentos complejos en la coyuntura que vive México.  Políticos que, conociendo el trabajo legislativo,  pudiesen aportar experiencia sin tener que pasar por el trance de una campaña electoral.  Esa fue la clave para que el gobernador Roberto Borge propusiera a Sara Latife Ruiz para la posición que se le daba a Quintana Roo en esa lista.
 
Ella, durante su paso como legisladora federal,  tuvo un desempeño positivo que le ha sido reconocido siempre. Supo operar en San Lázaro –tuvo un papel fundamental en temas tan complejos como  el intento del ex presidente Felipe Calderón de desaparecer la secretaría de Turismo o la conformación del presupuesto federal-  y ha sido reconocida como una de las mejores legisladoras federales que ha tenido el estado. Por ello el gobernador Borge no titubeó en proponerla y respaldarla.
 
     Hay, pues, dos lecturas claras tras esta designación: una, el respeto a las propuestas de los gobernadores priístas –no llegó a esa posición quien no tuviese el respaldo del mandatario estatal- y, dos, esto no significa en absoluto que se haya ampliado la baraja de quienes, en el tiempo exacto, sean parte del proceso de sucesión gubernamental. En efecto ella fue enfática en rechazar que aspire a la gubernatura; pero más que sus palabras, que fueron oportunas, la realidad es que se le propuso como una carta experimentada para la Cámara de Diputados. Y nada más. Quienes argumentaron lo contrario erraron el tiro. 

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