domingo, 13 de abril de 2014

LA SEMANA SANTA. ( Frank Barrios Gómez.)



Año con año es común que la Iglesia Católica conmemore una de las fiestas más grandes que tiene, la celebración de la semana santa. El personaje central del evento, Jesús de Nazaret.
En los evangelios de Mateos y Marcos, ubican su nacimiento en Belén, de Judea. Otras fuentes dicen que fue en Nazaret. La fecha en nada concuerda con lo que dice la Iglesia Católica, al hacer creer en un principio que fue en el año 1 de la era cristiana.
A pesar del oscurantismo que mantuvo el catolicismo en torno a la vida de Jesús de Nazaret, en los últimos años se han realizado descubrimientos, que ponen en claro lo que se ocultó para hacerlo un mito divino. Afortunadamente esos documentos no cayeron en manos de Vaticano, porque no los hubieran dado a conocer a la humanidad, según ellos para continuar con el dogma de alguien que fue de carne y hueso.
Johannes Kepler, en astrónomo de la Corte Imperial de Praga, al estudiar unos trazos cuneiformes de Sippar, Babilonia, llega a la conclusión que el niño Jesús nace en el año 6 a. C., lo cual es aceptado por la astronomía oficial.
Y en la misma Biblia también se da a entender que así fue. La matanza de los niños inocentes, ordenada por Herodes, el grande, cuando se siente burlado por los magos que le visitan y escucha de ellos que han hecho ese viaje, para adorar al nuevo rey que ha nacido.
Todos los niños de 2 años de edad fueron asesinados por orden de Herodes, el grande. Está asentado que este soberano fallece en el año 4 a. C. ¿Cómo quiso matar a alguien que todavía no había nacido?
Antes no se podía hacer preguntas ni rebatir lo que está escrito en la Biblia, bajo pena de una buena reprimenda por parte del clero, argumentando que esos escritos debían aceptarse tal y como se encuentran, bajo pena de ser enviado al infierno por hereje.
Esos tiempos ya pasaron a la historia. A pesar de todo lo que hizo la Iglesia Católica para mantener sumido al pueblo en la ignorancia, no pudieron eliminar del todo las páginas que aparecían en la Biblia, donde se narran hechos que ahora son conocidos, porque la verdad más tarde que temprano tiene que salir a la luz.
El judaísmo no acepta la divinidad de Jesús de Nazaret. En un principio el catolicismo tampoco lo aceptó. El emperador romano, Constantino, el grande, impuso al imperio la nueva religión (Católica), tratando de unir un imperio que estaba sucumbiendo ante tanta corrupción. Y al sentirse con poder, el clero católico, de perseguido pasó a ser perseguidor de todo aquello que interfiriera a sus intereses, asesinando a diestra y siniestra en nombre de Dios. Como un botón de muestra, la Santa Inquisición. (SI DESEA EL ARTÍCULO COMPLETO, SOLICITARLO A laratrejo@hotmail.com CON GUSTO SE LO ENVIARESMOS)

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